viernes, 15 de junio de 2012

Viernes Quincenal = Tráfico Infernal


Como siempre en cada semana vivimos momentos de mucho estrés, algunos pocos de relajación, ocasionalmente los divertidos y muy remotamente un viernes de quincena; que bien podría compararse a ese oasis en pleno desierto, como aquel día donde el salario, el tiempo y el entretenimiento se unen conspiradamente para entregarte un cheque en blanco donde solo debes colocar tu nombre y un destino donde sacar esas preocupaciones de toda la semana.

Pero como siempre se dice que “la vida no es justa”, ya que ésta nos pone un último obstáculo antes de llegar a ese momento tan ansiado del fin de labores;  ese es el Tráfico de un vienes quincenal. Muchas personas desarrollan reacciones distintas a una larga sesión de tráfico vehicular, desde los que lo toman como un gran silencio incómodo tratando de llenarlo con algún programa de radio, los que encuentran un momento para reflexionar acerca de la “inmortalidad del cangrejo”, hasta los que sacan las presiones acumuladas de 5 días de incesante trabajo.

Independientemente de cómo sea la reacción que tomas ante el tráfico, es bastante común pasar por ciertas ETAPAS DE ACEPTACIÓN, donde la inquietud se apodera de ti mismo y hace que directa ó indirectamente contagies a los demás automovilistas.

Dichas etapas son:

NEGACIÓN
Cuando te preguntas el ¿porqué de tanto auto parado?, inmediatamente tratas de convencerte de que es solo un mal rato y que pasará de inmediato, visualizas los siguientes metros e imaginas que el embotellamiento será momentáneo.

IRA
Llega por el resultado de insultos, bocinazos e intromisiones entre carriles. Estás convencido de que todos tienen la culpa excepto tú.

PACTO
Tratas de calmarte después de tantos insultos, intentas replantear una estrategia para buscar un espacio mínimo por el cual puedas avanzar con mayor fluidez. Además de negociar con los demás automovilistas cediendo aleatoriamente el paso, estando en el límite de la educación y de un nuevo insulto.

DESESPERACIÓN
La etapa más agónica, donde el avance es “a vuelta de rueda”, aquí comienzas a analizar el tiempo que has perdido, el que te falta para salir del problema y arribar a tu destino. También es en donde cuentas con mayor tiempo para que tu imaginación comience a crear una lluvia de ideas acerca de posibles excusas para aquella cita programada.

ACEPTACIÓN
Aquí ya aceptas tu realidad, en el fondo te das por vencido y te resignas lo que queda de camino. Terminas con un sabor agridulce por el mal rato en la calle, pero con la ilusión de aprovechar tu paga el fin de semana.

Ya sea que esto te pase a cualquier hora del día, pero recuerda que un viernes sin tráfico no sería viernes.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario